“Obviamente ambos obispos están conmocionados con la situación que vivieron y con este final tan trágico. Siguen shockeados, más que por los golpes que sufrieron, por el dolor emocional que causó presenciar ese momento”, señaló Sebastián Sardo, vocero del Arzobispado, quien explicó que monseñor Carlos Sánchez y los sacerdotes que lo acompañaban siguen muy afectados tras el accidente de tránsito que vivieron en la autopista Tucumán - Famaillá, en el cual falleció un tripulante de otro vehículo. La víctima fatal fue Mariano Díaz, de 41 años, quien terminó impactando contra un camión cuando -aparentemente- ambos autos intentaron sobrepasar al vehículo de mayor porte.
Esperan precisiones
“A veces lo más difícil de este tipo de casos es entender que fueron accidentes”, sintetizó el vocero, que ofreció su solidaridad a la familia Díaz y agregó que: “como creyentes católicos estamos rezando por el eterno descanso del alma de esa persona y para que Dios le dé fortaleza a esa familia. Hoy (por ayer) en toda la provincia se hicieron misas”.
Respecto a los detalles del hecho, en la Iglesia decidieron esperar a que las medidas judiciales ayuden a terminar de entender cómo se llegó a esta fatalidad. “Estamos esperando por las pericias de rigor, por el momento no tenemos información demasiado precisa sobre cómo ocurrieron las cosas, salvo por los dichos de algunos testigos y de quienes participaron en el choque”, aseguró Sardo.
Por otro lado, la tragedia enlutó la agenda religiosa. Ayer se cumplió el sexto aniversario episcopal del arzobispo. El traumático momento que vivió Sánchez el jueves decantó en que la fecha haya pasado prácticamente desapercibida este año. “Es una situación muy difícil de digerir para cualquier persona. En su carácter de pastor de la Iglesia, entiendo que esto lo está afectando aún más”, concluyó el vocero del Arzobispado.
La teoría del caso
La investigación del hecho quedó en manos de la fiscala María del Carmen Reuter. Por el momento se debe esperar por los resultados de la mayoría de las pericias realizadas. Hasta ahora sólo se confirmó que los dosajes de alcohol y droga dieron negativo para todos los implicados en el accidente, pero resta conocer los informes de accidentología.
Según la investigación, el jueves a las 15 monseñor Sánchez regresaba a la capital luego de haber participado del Consejo Presbiteral, que había tenido lugar en La Reducción. Él conducía el Fiat Adventure que también trasladaba al obispo auxiliar de Tucumán, Roberto José Ferrari, y al abad del Monasterio de El Siambón, Pedro Edmundo Gómez.
A esa hora, cuando circulaban a la altura de Los Aguirre, el auto de los religiosos había quedado detrás de una camioneta Citroën Berlingo, que a su vez tenía por delante dos camiones: el primero llevaba limones y el otro, azúcar. Estiman que fue entonces cuando Sánchez decidió moverse hacia el carril izquierdo para avanzar con mayor rapidez. Pero el conductor del utilitario no lo habría visto e intentó hacer la misma maniobra.
Siguiendo esa teoría, la Berlingo chocó la rueda delantera derecha del auto del Arzobispo, que terminó impactando contra el guardarrail y consiguió detenerse recién unos 200 metros más adelante. Todo indica que, ante esta situación, el chofer del utilitario perdió el control, o bien movió el volante rápidamente para regresar a su carril y entonces se estrelló contra la parte trasera del camión que tenía adelante.
El choque fue tan violento que decapitó y causó la muerte inmediata de Mariano Díaz, que viajaba como acompañante en la camioneta. En cuanto al conductor de la Berlingo, Diego Antonio Juárez, fue llevado en ambulancia al hospital Padilla porque había sufrido traumatismo de cráneo y heridas cortantes en el rostro.
La fiscala Reuter espera contar con más información al respecto esta semana cuando el Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) comience a presentar algunos de los informes técnicos que se están realizando tras abordar la escena del hecho.
Tránsito peligroso
El accidente ocurrió en un sector alejado a las viviendas, donde lo más cercano es un parque industrial. Tres kilómetros más adelante, comienzan a aparecer las casas de algunas personas que viven al costado de la ruta. Según indicaron algunos, la velocidad es la principal causante de tragedias en ese tramo.
“Al margen de que es una autopista, los autos y camiones pasan volando. Como es un tramo recto ‘le meten pata’ y a veces el mínimo error termina de la peor manera”, consideró Julio Ibáñez, quien se preparaba para ir en moto al centro con su hija. “Si esto hubiese sido de noche podríamos decir que eso influyó, porque no puede ser la oscuridad que hay acá”, agregó el hombre, que reniega de que la autopista no tenga iluminación y más aún en un tramo tan cercano a los accesos a la capital.
“Por aquí pasan camiones todo el tiempo. Muchos van y vienen de las fábricas que están sobre la autopista, por eso el movimiento es mayor que en otra ruta”, indicó Daniela Acuña. “Vivir tan cerca de la ruta es escuchar los bocinazos y las frenadas todo el tiempo. Lamentablemente a la velocidad que se maneja en las rutas las tragedias ocurren seguido”, añadió.